ANTONIO PORPETTA, UN POETA ERRANTE Y CON MEMORIA
La vida, de vez en cuando, nos ofrece regalos maravillosos con los que transitar por sus, a veces, virulentos senderos con más sosiego y esperanza. A mí, anoche, me regalaron un pasaje para viajar por el mundo de la memoria de un poeta errante, por los múltiples recovecos de este planeta donde sus versos han dejado una impronta huella, por la geografía íntima de las pupilas que recogen, en cada paisaje, la belleza eterna de la fugacidad humana.Celebro con pétalos de amatista y boleros susurrados en la placidez del recuerdo, este acto de generosidad desmedida que sólo un Poeta (con las mayúsculas precisas), es capaz de entregar al mundo. Prometo calzarme mis mejores equipajes, vestirme de aventura en la sorpresa del destino y hacerme peinar una ruta imprecisa en el fondo de los bolsillos, que desde tu recuerdo ya vienen, enhebrándose en el aire, un rumor de encuentros sin distancias. Ya los decía aquel sabio y, por ello, ánonimo: "Dichoso aquel que tiene como amigo a un poeta pues nunca le faltará una vianda de luz en su alma"... Gracias maestro, gracias Antonio Porpetta.
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