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SUPERVIVENCIA EMOCIONAL

REFLEXIONES DISPERSAS EN UN MARZO LLUVIOSO

REFLEXIONES DISPERSAS EN UN MARZO LLUVIOSO

La primavera ha entrado con lluvia y ahora marzo danza una acuática melodía de asfalto enamorado que busca el cauce por donde retomar avenidas grises de esperanza olvidada. Más allá del horizonte plagado de cimas azules, el océano se extiende sobre viajes imposibles entre veleros quebradizos como algodón de azúcar. Es el milagro de la añoranza que todo lo rememora como si alguna vez hubiera sido cierto el holocausto de la esperanza, como si, en otro tiempo, la felicidad hubiera convivido con el ser humano, agazapada en sus bolsillos de caóticos harapos. Es mirar con los ojos hacia la espalda del deseo para negarse, una vez más, la eterna condición de libertades frutales que nos regaló el viento en su primera embestida lírica. Es esperar, eternamente, a que alguien venga a bordarnos en el reverso de las sábanas y en las esquinas de las pupilas, las iniciales ambarinas de nuestro nombre primero, para así ser quienes no somos y demostrar que, con ello, nos merecemos la deseada tristeza de los mártires.

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