ELLAS, LAS ASESINADAS
"Tan sólo porque un hombre indiferente
casi sin verla, le tronchó la vida."
JUANA DE IBARBOUROU
Son una hilera de enlutadas sombras.
Siemprevivas calladas. Siempremuertas.
Mariposas de invierno en alfileres.
Alondras tristes para siempre mudas.
Selláronles sus bocas en pétalos de sangre.
Esculpieron sus risas sobre mármoles fríos.
Dejaron a sus hijos a solas en el aire,
y ya sus ojos ciegos ruedan por los abismos.
Son mujeres sin nombre, sin edades,
que levantan sus voces en la ausencia
esperando una luz que las redima
del terror, de la injuria, de la fuerza.
No piden ni la paz ni la palabra:
quieren ser los escudos de la herida,
la memoria tenaz, la dolorida sinrazón
de una muerte anunciada. Denunciada.
Ellas, las siempremuertas y las siempre vivas.
LUZMARÍA JIMÉNEZ FARO
de "Mujer sin alcuza" (E. Torremozas, 2005)
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