POR FAVOR... NO MOLESTAR
Mira Cloti, se pasan épocas como pequeños naufragios, declives emocionales que vagan, como sin rumbo, por la ajetreada civilización del tránsito sanguíneo. Es andar perdida con los pies de la memoria o dar zancadillas con los latidos de la esperanza. Una sólo quiere colgar un cartel entre las retinas que diga: "Por favor... no molestar". Para que nadie te pregunte cuando advierta esa implacidez oceánica que producen las lágrimas contenidas, para que nadie te imponga esos divinos consejos que, más que para aliviarte, suenan como a reproches de fe ahogándose en el olvido. Ahora no necesito nada, Cloti. Tengo suficiente café en la despensa, pañuelos recién planchados en los cajones y las sábanas recién oreadas arropando el lecho como un nido de frutal acogida. El silencio es ahora mi mejor aliado porque cualquier palabra suena a perdón o a disculpa, a pecado o a insulto, a inquisitiva intolerancia hacia mi destino. Si no hablo no tengo que pensar y es mejor así, ya ni siquiera quiero ir cazando versos por las esquinas de mi alma pues los únicos que vuelan, últimamente, son diminutas aves otoñoles con los ojos vendados por la tristeza. Y yo no quiero ir regalando pozos de amargura, bastante tiene cada uno con su propia nocturnidad anímica. Mira Cloti, que debe ser el cambio de estación, el agotamiento en el camino, la desesperanza cabalgando futuros inciertos o, qué se yo, esta costumbre mía de cuestionarme cada gesto como si la salvación del mundo dependiera de mis ánimos. Yo voy a tomarme mi pastillica que me ha dicho el médico que con paciencia y seis meses, igual, no me tiene que subir la dósis.
4 comentarios
capitan garfio -
Vicente -
y que aquí estaré mientras pueda.
Abrazo.
Cabalayka -
David -
David