APENAS
He terminado el día con el llanto acumulado en las costillas,
la sonrisa, deshenebrada, en la boca del estómago
y un inquisitivo reflujo de nostalgia
encaramándose en la memoria.
Hubiera preferido iniciar la noche comiéndote los huesos,
oficiando misas tántricas a la altura del silencio,
reptando serranías audaces en los precipicios de tus ingles.
Pero,
ya ves,
cuando quisiste volver apenas me acordaba de tu nombre.
5 comentarios
belita -
pier -
abrazos.
manuel rubiales -
Vino y besos
Clarisa -
Damián -
Yo flipo contigo.
Hay veces que dejaría el trabajo o cualquier cosa que esté haciendo para ir en tu busca y darte las gracias por escribir.
Un besazo.