LA -ZANJA- DE GAZA
Que sí, Fátima, que es lo que yo te diga: a veces parece que el mundo descamina en una eterna involución de humanidades cada vez más arrogantes y primitivas. Ríete tú de aquellos seres que vivían en cavernas, que mataban para sobrevivir, que a duras penas se entendían con sus aullidos guturales y sus mímicas esperpénticas. Míranos ahora, en pleno siglo XXI, viajando al espacio como quien se va de dominguero tortilla en ristre y mantel de cuadros; dominando el planeta a través de un ordenador, informándonos o desinformándonos en el mínimo segundo que tardas en darle al botoncito verde del power on. Mucho nos diferencia de aquellos antepasados nuestros: ahora vivimos en adosados herméticos e hipotecados en vez de comunitarias cuevas; nos acucian créditos impagables para adquirir cosas superfluas que no nos da tiempo a gozar en vez de disfrutar de lo gratuito que nos da cada día la vida; no respetamos el entorno porque nos creemos dioses todopoderosos en vez de amar y mimar a la tierra que es fuente inagotable para nuestra supervivencia y, lo que es peor, matamos a nuestros semejantes por el simple placer de sentirnos dueños del destino de toda la humanidad. Es cierto que hemos cambiado: ahora dominamos los idiomas pero no el entendimiento; poseemos más recursos pero los malgastamos; hemos logrado más avances pero no los compartimos... ¿y aún quieres convencerme de que el ser humano camina hacia adelante?... Vamos, Fátima, no tienes más que asomarte a tu casa, a la casa donde vivían tus padres, tus abuelos...pequeñas habitaciones donde jugaban tus vecinos, rezaban los ancianos o remendaban sus sueños las jóvenes vírgenes, déjate invadir por esa nube de escombros y sangre, de vísceras y llanto, de balas perdidas que asesinan niños que ya, sin futuro, yacen bajo columnas de indiferencia y olvido. ¿En nombre de qué Verdad Suprema y Única se está cometiendo este continuado genocidio contra Palestina?... ¿Cuál es la excusa perfecta, la justicia irrevocable, la razón divina que nos hace mirar hacia otro lado para no ver la barbarie?... A veces, sin saberlo, me siento triste y es que mi alma recuerda aquel tiempo dónde sólo el agua era necesaria para vivir. Asómate a tu casa, Fátima y deja que te acompañe envuelta por el sudario de la vergüenza humana.
3 comentarios
Clarisa -
Smyle -
Hay que ver.
Yo siempre digo que tooodos locos, ni siquiera me posiciono porque para mí las guerras son irracionales, sin discutir el bando.
Al fin y al cabo, todos se matan, incluso si son piedras contra balas... la intención es la misma.
Qué razón tiene este texto, desde luego.
Bego -
Mierda de humanidad.