CRÓNICA DE UN TRIUNFO
Por encima de las patadas en la espinilla con intención envolvente. Los penaltis no marcados ni encontrados. Las maldiciones en portugués, holandés o criollo. Las vuvuzelas afónicas. La cintura caótica de Shakira circulando avenidas de césped. Las pinturas de guerra con banderas sin nombre, sin país, sin frontera. Los guantes desiertos del portero que encaja un gol, y dos, y mil. La flamante periodista con la voz entrecortada ignorando las críticas. Los niños que, dentro de nueve meses se llamarán Iker, Andrés, David. La reina buscando bajo toallas triunfantes. El olor de sangres ignoradas más allá del estadio. El oro de triunfo. El sudor de la victoria. Y las lágrimas remontando fiordos en la espesura de una gloria sólo para privilegiados. Los fuegos artificiales, la soledad de la derrota y África tendiendo una vez más la mano hacia el primer mundo. Ahora sólo me queda que el pulpo Paul vaticine cuando la gente, además de disfrutar con el fútbol, va a ser feliz leyendo poesía.
4 comentarios
Sacra -
Así, al menos, seguiremos siendo libres.
Un abrazo inmenso.
manolo rubiales -
Vino y versos
Sacra -
Un beso, Noah.
noah -
No creas, hay mucha gente feliz que lee poesia, o eso quiero pensar :-)
besos