JUAN DE LA CRUZ... POETA
Precisamente, el otro día, hablamos de ti. Se abrió un debate de esos, de madrugada, de fiesta en el ocaso, de fe en decadencia... Hablamos de ti porque te recuerdo amando sin límites, no me importa si fue con el cuerpo... ni siquiera con el espíritu... no sé si era a Dios o a una mujer o a un hombre (cada cual interpreta según sus limitaciones amatorias...)
Amabas... me da igual... no me entendieron (por supuesto)... me da igual... Yo sé que la estatura de un hombre se mide por la capacidad de su corazón, y la fe se ha convertido en la excusa perfecta para esconder nuestras desidias y justificar nuestros miedos. Lo más fácil, ahora, es apuntarse a una secta que sea lo suficientemente correcta y lo socialmente aceptada... Ya vendrá Dios si tiene que venir y si no, haremos un sacrificio de esos que nos den pasaporte para la eternidad.
Para mí eres un poeta. Yo adoro a los poetas y a las personas íntegras. Yo adoro a las personas que aman y son generosas y consecuentes con su corazón. Yo soy de las que creen en el ser humano y tengo esperanza... y tengo fe...
Bienvenido a mi hogar en tu cumpleaños...
¡Oh llama del amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
pues ya no eres esquiva,
acaba ya si quieres;
rompe la tela de este dulce encuentro.
¡Oh cautiverio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga!
Juan de la Cruz (1542-1591)
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