SÓLO TÚ
A Paula, en su primer día de vida
Abres los ojos al espasmo del día
que se anda enredando en aplausos certeros.
Apenas la fragilidad de tus dedos alcanzan
volar aires de renacentora aurora
como límpidas mariposas de oro
que buscaran hallar el misterio del mundo.
Hay en tu llanto un hambre de úteros azules,
una distancia de embrionarios abrazos
desde donde cobijarse a la aventura inmensa
de la eternidad creciente.
Sólo tú, ahora, conoces el secreto de la sangre,
la verdad cristalina que se esconde entre las venas;
sólo tú, en tu inmensidad recién nacida,
sabes de los paraísos y las fuentes donde se enamora la vida.
Y sin saberlo, traes entre tus párpados el universo entero,
la esperanza, el lácteo arrecife de la eternidad.
3 comentarios
eva -
Leti -
manuel rubiales -
Vino y besos