LA LLUVIA
Me gusta pasear bajo la lluvia. De vez en cuando abro el paragüas, me acicalo para el momento y espero, pacientemente, que las nubes se tinten de gris y encapoten la tarde.
La lluvia me sabe a tardes de infancia tras ventanas inmensas, descoloridos uniformes oliendo a tizas y a bocadillos de manteca, cuadernos de sumas y lápices sin punta, y esa diapositiva díscola que mostraba el hambre más allá de la esquina.
La lluvia es un refugio para mi tristeza de pájaro herido, para este lamento de cíclica estrategia, para esta vanidad de transitorios enigmas desde donde me desespero del mundo en su primavera invernal.
La lluvia es la respuesta para mi soledad genética, la excusa perfecta para mi llanto hecho canto.
2 comentarios
manolo rubiales -
Vino y besos
pier -
abrazos.