EL MUNDO EN EL QUE VIVO SOY YO
El mundo en el que vivo soy yo.
Una contaminada urbe de vías sanguíneas, arterias entre autopistas cardíacas, semáforos intermitentes con la luz de esperanza latiendo entre las alcantarillas.
Soy yo, la veo indagarme las retinas en los rostros anónimos que me saludan con silencios y apatía, con la costumbre pertinaz de los rincones donde se orinan los perros, los mendigos y los niños hambrientos de futuro.
Soy yo, es mi voz la que despierta las columnas de hormigón, las sirenas de las fábricas, los muros enfermizos desde donde se automutila la angustia, entre verjas enclaustradas por donde se derriten los presos o murmuran silencios austeros santas anónimas.
Soy la que navega el río del llanto, la que naufraga en océanos de añoranza, la que pinta, día a día, con extrema exactitud de evocados infiernos, la línea de un horizonte que empieza a nacer desde el límite de mis manos.
Mía es la semilla, el óvulo, la raíz y el pozo. Mío el esperma, el cántaro, la sed... el fruto. Mío, también, el vendabal que anega los terrenos de la esperanza, con el estómago desolado entre ácidos de tornasolada indiferencia.
Tengo que recurrir al terror de los mortales, a los cegados por la benevolencia del perdón; tengo que acunar su maltrecha conciencia entre las cortinas desvencijadas de mi roída historia, entre los cuencos desquebrajados de mis rodillas hambrientas,entre los últimos resquicios de mi verdad prominente como un cárnico exódo de células ávidas de luz.
El mundo en el que vivo soy yo: Génesis y Apocalípsis para un corazón donde se cruzan los caminos de la esperanza.
3 comentarios
Damián -
Un millón de besos.
manuel rubiales -
Bego -
Besos de esperanza.