EL INTERÉS DE VIVIR
Desengáñate, Rositamari, a más años que cumplimos más se nos ensancha el corazón, es como lo de las varices que, de tanto bombear sangre por el cuerpo, se dilatan e inflaman como canales de vida incesante. Por mucho que nos hagamos exámenes de inconsciencia, test de incompatibilidad e, incluso, quinielas de maldades con sus alevosías correspondientes, siempre acaba fallándonos el subconsciente del abrazo, la vergüenza ajena, la piedad como símbolo cuasi místico que nos hace entregarnos sin remilgos ni intereses. Mira que yo, todos los años para los Reyes Magos, sólo pido un poco de respeto para mí misma, un interés mínimo para mi ombligo olvidado, un "no" que me sirva como frontera a aquellos que sólo me buscan en los días nublados para acabar olvidándome todas las primaveras. Te cuento todo esto porque sé que me entiendes y que, casi sin saberlo, el destino nos ha puesto en el mismo pantano de desprendimientos, creo yo que, a veces, tan inútiles. Yo sé que no somos las únicas por eso casi estoy pensando si formamos un sindicato que proteja nuestros propios desintereses, que luche, en los tribunales del egoísmo laboral-sentimental-amistoso, por ese mínimo resquicio de dignidad que, para nosotras mismas merecemos; que nos libre de las gozosas amistades que, como garrapatas felices, andan acomodándose en los vértices de nuestra imaginación y nuestros bolsillos. Será imprescindible fijar una cuota de, al mínimo, una bronca al mes, una negativa a la semana y una zancadilla los días de guardar. Vamos a empezar a mirar por nosotras mismas y a darle con la puerta en las narices a más de alguno... ¿Crees que lo conseguiremos sin sentirnos culpables?... ¡Ay, Rositamari, cuánto cuesta, a veces, vivir!
1 comentario
Rositamari -
Pero, sobre todo, Sacrita, ya he contratado a dos secretarias estupéndas dispuestas a atender nuestro teléfono y reclamar nuestros derechos. Son magníficas, ya las verás.
Además......yo creo que las conoces de vista......
Te quiero preciosa!!!!!!!!