DESTINADOS A VIVIR
Arrecian corazones escarchados de esperanza
por las avenidas donde aún las manos
se buscan bajo los abrigos
el pálpito inicial, primero y milenario.
El hombre transita edades de humo,
fugaces historias,
rutas accesibles al deseo y a llanto
mas cada huella, en su turbio deambular,
es el vestigio exacto de un destino en tránsito.
Y van, vamos, palpando todo cuanto nos rodea
con lo párpados apenas despiertos
a las primeras luces de mayo,
intentando beber en cada sorbo nuevo
la dulce ambrosía de la eternidad.
Estamos destinados a vivir este hoy,
este minuto, este segundo irrepetible,
porque arrecian corazones escarchados de esperanza,
y las manos aún encuentran bajo el abrigo
el pálpito inicial, primero y milenario.
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