LA NORMALIDAD
Ya hemos vuelto a la normalidad pero... ¿qué es lo normal?, ¿acaso pasarse diez horas en una minúscula oficina manejando dinero virtual que nunca verá tu bolsillo?... ¿es preparar comidas y cenas que nadie come por miedo a la dieta o a los rollizos pliegues instalados en la cadera?... ¿es escribir versos que nunca se leen, que jamás se escuchan y que acaban agonizando en las papeleras justo a las peladuras del plátano?... Quizás la normalidad sea eso: la costumbre, el tedio, el silencio, la leche con galletas por la mañana, el "jesusito de mi vida" antes de dormir, la lavadora nunca a media carga, el programa del corazón a la hora de la siesta. Ya hemos vuelto a la normalidad y ahora sólo nos queda seguir soñando con que dentro de once meses volvamos a regalarnos la absurda aventura de agonizar por las playas en busca de un hueco libre donde clavar la sombrilla.
3 comentarios
Sacra -
Efectivamente la normalidad no es normal, como diría algún santo de estos que yo me invento: "guárdame dios del día a día que de la rutina ya se ocupa el patrón".
Juana: ¡¡bienvenida!!
Clarisa: ¡¡te quiero!!
Clarisa -
Juana -