CAER, LEVANTARSE... ACASO VIVIR
Caes desde el asombro de la esperanza y, apenas renacida, notas como te vuelven a crecer ramas llenas de brotes y de auroras. Sientes como por cada segundo de llanto derramado, se ha enquistado la sal y, ahora, una bahía de atolones azules, se demora y vierten su fecunda salubridad de vida detenida bajo tu epidermis enamorada. Es el despertar de la roca cárnica del olvido que ha pretendido ser sólo un soplo de perpetuo invierno baldío, es la primavera etérea de las vísceras que tejen una maraña de amapolas inmaculadas alrededor de los ojos ardientes del primer deseo. Es esta necesidad de ser para creer o de creer para saber siendo, eternamente latiendo, dejando tímidamente una estela de eternidades ínfimas que acabaran perdidas en la sonrisa perpetua de nuestra propia historia. Es la paz de saberse volviendo del ocaso para llegar a él, renacida y enamorada, limpia de virtudes y pecados.
4 comentarios
Sacra -
Gracias por tu visita, ya sabes que esta es tu casa...
Besos grandes...
Miguel Angel -
No te visito tanto como debiera... y suelo comentar poco, ya me disculpará... creo que es mi timidez.
Sacra -
Ahí andamos, buscando el equilibrio entre tanta escalera de caracol arrepentido.
Besos grandes, guapa.
Juana -