MÍRAME
Mírame,
vengo con un pecho en la mano
y el olvido en un ojo,
la nariz que ahuyenta nidos de gaviotas
y un aroma a violetas marchitas
entre la última sílaba y la impúdica garganta.
Mírame,
casi empiezo a renacerme, ser página primigenia,
y me vuelvo eterno epílogo
sobre la sed de un mundo que decae sobre un fin permanente.
4 comentarios
noah -
Un abrazo, Sacra
Sacra -
Juana... gracias, miremos mucho...mucho...
Juana -
¡Bonito!
Minerva -