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SUPERVIVENCIA EMOCIONAL

CIUDAD SIN LUZ

CIUDAD SIN LUZ

Hay días que te asomas a la ventana y la calle de siempre se ha vuelto un lejano desierto de latidos incontables, un páramo desolado de extranjeros vecindarios, de fronteras infinitas como los ayes de un moribundo. Y es el mismo balcón con geranios disecados, los mismos ojos oteando las vergüenzas ajenas, la misma curiosidad llenando el ladrillo que impregna de moho el nombre impertérrito de las calles. Algunos transeúntes me miran con disimulo desde su ignorancia elemental sobre el sabor de mi tristeza, otros me saludan con las pestañas abiertas al infinito del infortunio y los que más, ni siquiera me reconocen en el paisaje multicelular del asfalto y el semáforo en rojo. Ya no reconozco el paisaje que me habita, hoy sólo soy una gárgola prendida en la vital esencia de las ciudades sin luz.

6 comentarios

Sacra -

Cybrghost: gracias, así la tristeza se hace más leve. Un abrazo.

Sacra -

Vicente, amigo... sabes que el cariño y la admiración es mutua. Gracias por seguir llegando aquí, a tu casa.

CYBRGHOST -

Triste pero precioso.

Vicente -

Necesito tus palabras,
me acerco aquí,
y las encuentro
escritas
para mí.

Eres muy grande, amiga.

Sacra -

Gracias Noah...gracias...

noah -

Pero que bonito escribes,Sacra.Le pones luz a las palabras de un ciudad a oscuras