YO PUEDO, TÚ PUEDES, NOSOTROS PODEMOS
Hay días en los que te levantas con el ánimo mermado y la vitalidad tan escasa que, el simple espasmo de un latido, se convierte en una odisea de trabajosas necesidades. Las excusas se suceden, una tras otra, como si todas esas razones formaran una cadena de lógicas limitaciones humanas. Pero ese día que, puede ser gris o lunes o en el que hay que pagar la hipoteca o el de la ovulación ... te llega el mensaje de alguien que te quiere bien y que, por ello, te quiere libre, caminando, saltando las barreras autoimpuestas y venciendo esa apatía absurda con la que nos flagelamos tan a menudo. Por eso, dejadme que os cuente una historia, una historia sencilla y que, por ello, cotidiana y hermosa.
Érase una vez un hombre australiano cuya mayor ilusión era competir con su hijo en una de las pruebas deportivas más duras que se realizan, la de Iron-man que viene a ser algo así como: 3 kilómetros nadando, 180 kilómetros en bici y unos 42 kilómetros corriendo. El problema es que el niño nació con parálisis cerebral. Tras mucho entrenamiento, tesón y fuerza de voluntad, a casi sus sesenta años, el hombre completó la prueba con su hijo y, aunque fueron descalificados (hay una norma que prohíbe cargar a un compañero durante más de 10 kilómetros), el ganador los esperó en la meta para abrir con ellos la botella de champán. En este video vemos al hijo frente a la pantalla del ordenador donde escribe la palabra "CAN" ("puedo", en inglés). A partir de ahora, ¿alguien puede decir "no puedo", "no sé", "no llego"?... Cada paso es el inicio de un camino hermoso y todos están por descubrir todavía y todos son nuestros.
Gracias Charo, amiga, por este regalo.
4 comentarios
Mª O -
capitan garfio -
Leti -
Clarisa -