ALEGRIAS DIARIAS
Ya estamos a primero de mes, Pilarín... y mira que me gusta a mí bien poco eso de cumplir tiempos indefinidos, porque una, a estas alturas, ya no cuenta con la lógica y la exactitud de las matemáticas, lo hace con el albedrío y la anarquía que su propia naturaleza egocéntrica le hace entender... vamos que si puede restar en vez de sumar, pues casi que mejor... Yo no es que tenga complejos con mis años, tú ya me conoces, que si por el calendario, propiamente dicho, tengo unos cuantos, por mi locuacidad interior y mis ánimos esfervescentes tengo muchísimos menos, que ya quisieran algunos jóvenes poseer en sus entrañas estas esperanzas y estas alegrías que a mí me invaden. A mí lo que me desconcierta es esta fugacidad en los días, estas prisas para nada, estos estreses vespertinos que arrastras hasta la noche como una condena de vida... ¿Verdad que no es lo mismo comerse un melocotón tranquilamente, saboreándolo con gusto, masticando con sus pausas, acordándose de su padre árbol que está tan tranquilo en el campo... y relajarse... extasiarse... qué hacerlo, como lo solemos hacer, con las prisas del hambre, devorando como sin ganas, atragantándonos, no sabiendo si era un melocotón o una ristra de longanizas... engullendo como esos pobres pavos que comen impulsados por la propia naturaleza...? Pues lo mismo pasa con la vida, apenas la disfrutamos, no nos paramos a observarla con la tranquilidad que merece... ¿tú te has dado cuenta la cantidad de cosas hermosas que hay en el mundo?... ¡claro, como se empeñan en enseñarnos solamente lo más feo!... que también existe, no lo niego, pero vamos a ir compensando... Y es que, yo creo, que nos fijamos sólo en lo grande, en lo espectacular, en lo que sale en la tele y nos venden como las grandes odiseas de la historia... un ejemplo: la eurocopa de fútbol de la selección española, que no digo yo que no me alegro... que sí... que muy bonita... que muy guapos los chicos... pero ¿qué quieres que te diga?... para mí la alegría, casi anónima y desconocida, fue que a mi marido el sábado por la tarde le dieron un trofeo reconociendo sus méritos y esfuerzos dentro del fútbol amateur... tanta alegría nos llevamos por la sorpresa que tiramos la casa por la ventana y nos fuimos a cenar a un chino... ¿no crees que para mí eso es más importante que las copazas de una selección a la que pertenezco por casualidad geográfica?... Si es que, Pilarín, todos seríamos más felices si empezáramos a fijarnos en las pequeñas alegrías de cada día...
7 comentarios
Vicente -
musfk...
Sango.
mudfkh...
PODE
mudfgj...
MOS
musfghj...
Perdón,
es que me estoy comiendo un melocotón.
Clarisa -
!Congratuleisions cuñaoooo!
Luisana -
Ha disfrutarlo, y voy a intentar, que a ver si "PUEDO" recrearme no sólo con el melocotón, también con un libro, cuando haga la compra o lo que sea. Prometo intentarlo.
Mil besos.
capitan garfio -
capitan garfio -
Laura -
Yo simplemente pido al dia dia que sea mejor que el anterior. Que cuando me caiga al instante me levante, yo no es que sea muy detallista, pero si que me fijo muchiisiimo en los pequeños detalles de la vida. En las cosas insignificantes, pero que a las personas les pude llegar a hacer super felicides.
Felicidades a tu Marido por el trofeo. Esas son las cosas que me refiero... pequeñas cosas que no son nada para algunos y para otros es un sueño...!
Un besazo
Bego -
A mi, que me gusta el fútbol y todo, tanto patriotismo eurocopero me está tocando ya... Oye, que va una por la calle y se encuentra, así, de sopetón, la bandera española colgada de un balcón. Pero no la bandera actual, no, la de la España profunda, o sea, la del águila ese horroroso, o sea ¡la del franquismo! ¡Qué susto! Hay gente que se aprovecha de la situación, desde luego.
Pues, mira, me voy a comer un melocotón, que me han entrado ganas. Pero despacito y acordándome del árbol que lo parió.
Por cierto, felicidades, Sango, por el trofeo del sábado. Eso sí que hay que celebrarlo.