ANNABEL Y LAS CEREZAS
a Annabel
Me he quedado enredada en la luna agridulce
de las tempranas cerezas,
en la tibia primavera de banastas enamoradas
que supuran los altares de la vida.
Acabo de venderme, toda verso,
por los acerados rincones de la utopía
como un ave difuminada que invita al llanto
de lluvias precisas en el olvido.
He buscado reencontrarme con la esperanza
para redimirme a escondidas
de los aplausos que trae el viento
en los apellidos abrazados a la luz.
Yo sé que tu nombre pende preciso
de las purpúreas lágrimas del cerezo
por eso, en mitad del océano de tus sílabas,
los horizontes tejen encuentros eternos.
1 comentario
Annabel -
Ahora no me digas que no porque haré el más absoluto ridículo, con el pulso alterado como música de fondo.
Si soy yo miles de gracias, uf, me guardo esto y si me permites lo publico próximamente en una entrada en mi blog.
Un fuerte abrazo de aprendiza.