ME CRECE LA VIDA
Me crece la vida a borbotones de luz.
Ayer mismo, como sin darme cuenta,
amanecí inmersa en un bosque de frondosas auroras,
raíces estelares ,como galaxias inmensas,
que invitan a la quietud de los jilgueros breves de la esperanza.
Alguien habló, durante mis sueños,
de esa extraña metamorfosis que nos convierte en árboles
cuando hemos llegado a la maduración necesaria de los años cumplidos.
Tanto amaste, tantas ramas se elevan hacia el éter preciso del silencio.
La eternidad, entonces, se diluye en plumas, en nidos ociosos de quietud permanente
y sólo importa la prisa por besar el enigma de los frutales futuros.
Estoy alegre pues, sin insistir en esperanzas banas,
me crece la vida a borbotones de luz.
(Imágen de Nicoletta Ceccolini)
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David -