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SUPERVIVENCIA EMOCIONAL

EL VERSO EN EL OJO

NIEVA... ACASO DESFALLECE

NIEVA... ACASO DESFALLECE

       A Elda Pérez Moneo

Vuelve a nevar. Mantengo cerrados los botones del abrigo y abiertos los ojos con el asombro azul de los niños recién venidos a la luz del mundo, recién renacidos a la transparencia inocente de una vía láctea de milagrosos enigmas. Nieva y con cada copo más se acrecienta el temor a la pérdida, al caos apocalíptico y repentino, a esta desazón que nos abandona en mitad de un calendario fugaz y frágil como el suspiro desalentado del moribundo. Nieva en una tierra sin nieve y ya no sé si trae el color de la esperanza o es que se le ha congelado el llanto a la vida.

foto: ELDA PÉREZ MONEO  http://www.eldamoneo.com/

¡CUÁNTO DESAMOR!

¡CUÁNTO DESAMOR!

                   "Retrato del cardenal Guevara"- EL GRECO

Sucede que, a veces, de tanto desamar

sale acné en las pestañas del pensamiento,

sobre el entrecejo del olvido,

hiel en los pliegues de la esperanza.

Se reprime y se expande

o se va por las calles a enseñar la palabra de dios

con la inmundicia del pecado,

con la clarividencia del aquelarre.

Sucede que, de tanto desamar,

las uñas se agrietan en el vértice de la luz,

se inflama la pústula del desaliento

y el mapa genético se distorsiona con el hambre.

Es ese voraz desatino del pecado,

la paloma infecta que anuncias milagros fugaces,

el infierno de la duda y la virginidad del verbo,

la santidad satinada de hoguera implacables.

De tanto desamar así andamos,

descaminando libertades que son el único legado

que merecen las pupilas al ocupar los iris del mundo.

 

 

SÓLO SOLO

SÓLO SOLO

                                 Imágen:  ” Hombre desnudo sentado”
                                      Juan Hipólito Flandrin 1805-1864

No necesito que susurres mi nombre

por las alcobas sinuosas de la memoria.

No necesito que engarces tus besos

al lóbulo centenario de mis pupilas.

Ni siquiera espero que tejas el trigo

alrededor de esta cintura ebria de silencios.

Sólo, como el agua que arrastra lodos de llanto,

vientos prófugos entre mareas invisibles,

ciudades de humo sobre tejados infames...

Sólo, como un tsunami de rezos impotentes,

vándalico corazón desterrando aldeas sin fuego,

brazos sin abrazo, bocas sin beso...

Sólo te espero aquí, solo y amante,

fabricando un "vellocino de oro"

para mi eterna deslealtad de ídolos vacíos.

LA SONRISA DEL INFINITO

LA SONRISA DEL INFINITO

El universo sonríe ante la buena suerte de tu memoria,

se torna ilimitado abrazo de perenne sonrisa

e insinúa regresos nuevos en las miradas vírgenes.

Ven, acaricia esta eternidad que te ofrece

un suave despertar de auroras limpias

donde el retorno al vientre se vuelve certera lluvia.

Toda la eternidad te está invitando a la luz,

el futuro conspira constelaciones nuevas

donde renovarte de la tristeza y de las manzanas rotas.

Sabrás del nombre de la esperanza

cuando en el horizonte de las lágrimas

descubras el motivo exacto para la vida. 

TÉJEME LAS ALAS

TÉJEME LAS ALAS

Téjeme las alas,

dale brillo al algodón espesado de su luz,

a la íntima clarividencia de las ocultas pupilas

que rezan, enhebradas,

en los pliegues sinuosos de la memoria.

Téjeme la risa,

aúpame al vuelo nocturno de los renacidos

y oculta al mundo el viento que anuncia

roncas verdades de ilusiones perdidas

que ya nos va acuciando la apatía de los náufragos

y necesitamos volar para alcanzar la vida.

   Ilustración, "Upon Teresa at the Dot", Joe Sorren

LUZ DE ESPERANZA

LUZ DE ESPERANZA

Extiendes el alma con el plumaje ínfimo de la libertad,

frágil arpegio de esperanza que me enhebra

al tiempo inmaculado de la vida.

Mi silencio se vuelve amor, pese a todo,

y sé que me sonríes desde todos los paisajes del olvido.

Tú vuelas en la eternidad del deseo,

yo me quedo aquí, deshenabrando el recuerdo con luz de esperanza.

ME QUEDO CON...

ME QUEDO CON...

                                    A mi hija  ALMA

Me quedo con tus ojos aquí:

a la intemperie de la vida,

arropando la añoranza de este corazón

que se vuelve anciano de repente,

que se anuncia con la premura caústica del olvido.

Tus ojos que enarbolan extrañezas azules,

sorprendentes maromas, como úteros indefinidos,

que se agitan, gozosos, al calor de mis párpados

anegados de lágrimas y recuerdos imprecisos.

Me quedo con tus ojos de aliento inmaculado,

con la miel que supura tu ígnea esperanza,

con esta plenitud de océanos que me envuelve

en oleadas de cárnica premura.

Te amo más allá de lo que conocen mis neuronas,

de lo que olvidan los espamos de la memoria,

de lo que recorren las arterias que incuban

los latidos precisos del oxígeno peregrino.

Por eso me quedo con tus ojos aquí,

ellos son la fuente de mi vida... la luz de mi futuro.

RITMO ETERNO

RITMO ETERNO

   

Si me juras ritmo eterno yo te doy mi cintura,

un vaivén de sinuosas sedas entre orgasmos silenciosos

que se enhebran, caderas adentro,

sobre los pliegues inmensos de esta cárnica memoria.

Ven, ayúdame a mirarte sobre los iris ígneos de melancolía,

con el cobrizo alambique del silente crepúsculo,

con esa ambigüedad de boleros silenciosos

que arrastran soledades sobre las suelas plomizas.

Aquí estoy, yaciendo en los húmedos pentagramas

desde donde se desvirtuan los pecados,

que soy como la eternidad errante

que baila, inconsciente, entre las fronteras del olvido.

                                                                            (Ilustración: F.Botero)

AMAMANTANDO

AMAMANTANDO

De tanto parir mariposas azules

tengo el útero desbordado de polvo de hadas.

Así, con la sencillez del que inventa un génesis

bajo un manzano que tiembla

caricias de pecados inconfesables.

Intentan que desista con pinzamientos lumbares,

con agónicos pellizcos de melancolía,

con súbitos ataques de pánico en la sonrísa.

Sólo un anticonceptivo para el odio,

un abortivo para las especuladoras neuronas,

me hará desistir de mi multiplicadora labor frutal.

Sólo estas criaturas imperfectas me harán libre

por eso sigo amamantando estrellas

cuando nadie me ve.

 

SUELAS GASTADAS

SUELAS GASTADAS

He llegado aquí con las suelas embarradas de nostalgia,

busco la senda prometida,

la luz que guíe el designio de aquel paraíso de insomnes horizontes.

Miradme.

Mi silencio sólo deja huellas de tristeza preconcebida

en la soledad de los aquelarres inoportunos

y soy como un caminante que vaga ajeno a la brújula de la fortuna.

Aquí os dejo el cuero bruñido por los artesanos de la indecencia.

Sólo en el ocaso de la abundancia hallareis motivos para iniciar camino.

 

                                          (Ilustración: "Zapatos" de Van-Gogh)

PEQUEÑA TERNURA

PEQUEÑA TERNURA

Es esta pequeña ternura de diminutos atardeceres

resueltos en la luz de un segundo,

la inocencia cabalgando amores ambiguos

y cinturas que se buscan en los alfeizares de la aventura.

Respirar como esculpiendo el aire

a bocanadas de oxígeno azul

dejándose colonizar los blancos territorios

en los paraísos lumínicos de la dulzura.

Es así, como recién estrenados, la vida nos sorprende

y, tras inventar la primera duda,

nos deja naufragando en los ocasos de la vida.

SE MIRA

SE MIRA

Se mira.

Se anuncia.

Se insinúa.

Se desembaraza del tedio y del olvido,

de la magnitud ambigüa del reflejo,

de la insistente perpetuidad de la rutina.

Se mira observada,

angelicalmente profana,

desestructurada y taciturna,

virgen en la deslealtad de sus neuronas.

Se mira.

Se inventa.

Se enamora.

Se queda sola, eternamente,

en el lienzo de sus retinas.

                         

               (Ilustración:  "La Venus del espejo" - Velázquez)

                                                         

ESPERANDO

ESPERANDO

Aquí sigo esperando un tímido aliento

de tristeza combatida en la memoria.

Me pesa el corazón en las pestañas de la esperanza

y voy hilvanando lunas

en el íntimo atardecer de la cordura.

Me pienso en la espera de los ocasos

y soy, profana y profunda,

el enigma inmisericorde de las febriles madreperlas.

Me escapo de mismos silencios

por no retomar el recuerdo, la caricia, el olvido,

por no regresarme a los fructíferos ataudes

donde una voz, de incierto descanso, nos invita al final.

ME CRECE LA VIDA

ME CRECE LA VIDA

Me crece la vida a borbotones de luz.

Ayer mismo, como sin darme cuenta,

amanecí inmersa en un bosque de frondosas auroras,

raíces estelares ,como galaxias inmensas,

que invitan a la quietud de los jilgueros breves de la esperanza.

Alguien habló, durante mis sueños,

de esa extraña  metamorfosis que nos convierte en árboles

cuando hemos llegado a la maduración necesaria de los años cumplidos.

Tanto amaste, tantas ramas se elevan hacia el éter preciso del silencio.

La eternidad, entonces, se diluye en plumas, en nidos ociosos de quietud permanente

y sólo importa la prisa por besar el enigma de los frutales futuros.

Estoy alegre pues, sin insistir en esperanzas banas,

me crece la vida a borbotones de luz.

                                      (Imágen de Nicoletta Ceccolini)