LA ANARQUÍA EN EL ABRAZO
El problema, Maripún, es que a veces me olvido de mí misma, de mis cosas, de mis cremas hidratantes para la esperanza, de los ungüentos milagrosos para la celulitis de los rencores, de cambiarle la tapa a mi tacón favorito, ese que asesina odios de viscerales ilusiones. Tú me conoces y sabes como soy: voluptuosamente ambigua en la decadencia de la alegría, apasionada en el iceberg de los sueños dormidos, catastróficamente presente en los anales de las bocas vacías. Será porque nunca soporté las acelgas siendo niña o porque los cuadros del uniforme escolar me quedaban asimétricos en la perfección del planchado, será porque echar la culpa a cualquier cosa es más fácil que asumir nuestra propia personalidad irrepetible y divina. Si te soy sincera, a mí me gusta olvidarme de mí misma de vez en cuando, sin llegar a la desidia, me gusta vivir un mundo desordenado lleno de rincones por los que no paso la escoba o de huellas enigmáticas que parecen recitar versos en los pulidos cristales. Acumular polvo en las estanterías del miedo para ver si así se nos ordenan las ideas o dejar la plancha macerándose en el armario por si acaso nos aparecen más mangas y más abrazos. Tú ya lo sabes, Maripún, "no hay que pedir peras al olmo", mas yo creo que yo soy de las que anda macerando almíbar para esos frutos baldíos que crecen en el ciprés de mi ventana.
Ilustración: "Mujer frente al espejo" de Picasso
5 comentarios
Silverolus -
Eloy -
Mi tiempo es estos dias generoso conmigoy quiero compartir su generosidad con mis amigos.
manolo rubiales -
A do outro lado da xanela -
Un besazo!
pier -
Igual que mis olvidos, y los momentos locos..
Se es como se quiere..
abrazos.