MI CASA
Mi casa es pequeña, amable y reutilizable en los momentos más álgidos de la ternura.
Sabe a orégano y a nueces,
a desinfectante armonía
o a sollozo escondido en los altillos
donde se agazapa el invierno al llegar mayo con sus frutos.
Es así: manejable como una taza de café desportillada,
ambigüa como una servilleta de flores hecha de papel y seda,
eterna como el rebozado de mi abuela y los rollitos del ’chino’ a domicilio.
Mi casa palpita con su propia esencia y su única arteria
(esa delicada tubería donde se enamora la crisálida de ese grifo imponente),
Se viste anárquica y voluptuosa, sencillamente mísera en las esquinas
y espera, paciente y enamorada, a los invitados precoces de la esperanza.
Sólo admite sueños y sonrisas las venticuatro horas,
las penas, como la madrugada, las guarda hasta salir el sol por detrás de las cortinas
y siempre descuelga el teléfono con alegría aunque no llame nadie.
Es mi casa... el hogar donde mi alma se viste de lluvia y se desnuda de tormenta,
el cobijo donde mi corazón encuentra la esencia de mí misma, el futuro de mis ojos.
4 comentarios
rosa -
Anna -
Un abrazo Sacra!
pier -
Con sus aromas y su armonia..
Nada como estar bien en tu propio hogar.
Espero que tengas una buena semana.
Cuidate.
Un abrazo.
Bego -
Un beso gigante.