TRÁNSITO NOCTURNO
Detrás de las ventanas no hay nadie. Las cortinas se mueven con el viento desolado de la indiferencia y hay una sed sepulcral que inunda los balcones embarazados de geranios y nidos de hipogrifo. La luz repta, amordazada, por las tuberías miméticas del llanto como queriendo retornar al temido océano donde navegan las libélulas azules del miedo. Es la hora del ocaso y en las esquinas, las mujeres distendidas se visten de penumbra con las lentejuelas del pecado. La luna nos observa desde los tejados con la sonrisa frutal de orquídea y concubina con la que enarbolan el deseo fugaz los amantes muertos. Más allá de las sinuosas curvaturas de los montes silentes existe un paraíso de livianas bondades. Más allá existe la vida, aquí sólo transita el oxígeno justo para agonizar una noche más.
2 comentarios
Sacra -
Besos inmesos, Noah.
noah -
La sonrisa frutal de orquidea..magnifico!