ES LA LLUVIA
Es la lluvia que nos dilata la pereza, nos agranda la melancolía y provoca maremotos de añoranza desmedida en las lágrimas enterradas sobre el olvido. Es que, tú ya me conoces, por más que lo intento, siempre acabo encontrándome alguna espina entre los ojos, justo esa que me impide tener la mirada limpia o la conciencia tranquila.
¿Sabes?, de vez en cuando me iría a dar una vuelta por la eternidad para ver si se me pasa esta manía de amar todo sin pensarlo, de alegrarme tanto sin desearlo, de volcarme, venas adentro, al compás de una ilusión que acaba siendo humo en las estanterías de cualquier administración sin cielo. Me gustaría descansar de cuando en cuando. No estaría mal pedirse una leve muerte de unos días, de unos segundos... como cuando nos conceden una exención laboral de las tareas más simples. "Estaré muerta a partir de abril de este año. Podéis dejar vuestro mensaje después de la señal. Os atenderé, gustosa, al regreso, posiblemente en noviembre."
Es la lluvia. Son estos lodos infames que nos salpican la suela de los zapatos y el cuero de las pestañas. Es esta mortandad viviente que arrastran los sueños incumplidos por todas las alcantarillas de la tristeza.
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