LOS SECRETOS Y EL MUNDO
Es el mundo de los secretos, Marichis, el que mueve el universo, explosiona en la Vía Láctea y crea los planetas, propiamente dichos, con sus idiosincrasias propias, particulares e intransferibles. Vamos, que es como la personalidad o ese aroma corporal característico que nos identifica más allá del DNI. Y no es porque crea que la astronomía es en sí misma guarda muchos secretos -que para mí los tiene incluso en el enchufe del telescopio-, si no porque el ser humano, como parte de esa orbe inmensa e inalcanzable no es nada ni nadie sin los secretos. Aquella vez que metimos la mano donde no debíamos, esa otra que nos contaron una alegría incomprensible al labio humano o tantas veces que resguardamos de la lluvia esos silencios inmensos como túneles de olvido. Y es que yo sé muchos secretos de los que importan, de los que si fueran descubiertos un nuevo cataclismo podría desolar la faz de mi persona que es, al fin y al cabo, todo mi universo de emociones fugaces y contradictorias. Soy mitad portera y mitad poeta, por eso bajo la basura leyendo a Benedetti. Me gusta conservar secretos, ordenarlos primorosamente entre las sábanas con olor a lavanda, apilarlos entre las conservas de tomate y las latas de sardina en oferta, dejar que se maceren, día a día, con ese aroma a eternidad y nobleza sabiendo que, mientras yo los cuide, siempre estarán como recién horneados para que, cualquier día, el menos pensado, se echen a volar como inauditos pájaros de amistad floreciente. Sí, ya lo sé, soy así de rarita, pero no se lo digas a nadie, esta temporada tengo la alacena llena y no me quedan más confidencias que guardar aunque, pensándolo bien, creo que voy a ampliar mi casa.
4 comentarios
Sacra -
Capitán garfio -
Como tú....
Sacra -
Mao -