MEMORIAS
Estoy pensando en escribir mis memorias, y no me vengas con el cuento ese de la juventud y de toda la vida que aún nos queda por vivir, por saborear e, incluso, por maldecir. Que una ya tiene su edad, Filomena, además la parca no conoce de números ni de tersuras faciales, incluso, a veces, no sabe ni lo que se hace... que te lo digo yo, que por ahí pululan demasiadas muertes injustas e inocentes. Es como si fuera al ritmo de la Bolsa, a tontas y a locas, llevándose cualquier aliento en sus alforjas desenamoradas. Yo, por si acaso, voy a ir contando esas cosas que me han ido pasando en la vida, igual no le interesan a nadie (será lo más probable)... pero yo voy a ir tomándole un pulso a la experiencia. Hay días en los que se tiene la sensación de que andas medio virgen, fresca y lista para estrenar, como recién caída de un guindo; otros, en cambio, te sientes floja de ánimo, soporífera en la hondura de las entrañas, cansada y pesarosa como deseando un desenlace rápido y contundente; pero resulta que también existen esos otros en los que desempolvar la balanza de los años y ponerse a calcular minutos de alegría y segundos de tristeza, ventanas de invierno frente a las puertas del verano, heridas y lágrimas junto a sonrisas y cicatrices. Es la vida, Filomena, por eso quiero compartirla con todo el mundo y, sobre todo porque afortunadamente para mí todas las experiencias me han sido propicias. Es lo que tiene nacer bajo el signo de la abundancia onírica, que incluso las pesadillas tienen su falsa realidad.
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Maite Sánchez -
Leti -
Leti -
Smyle -