EL DESEO, LA NECESIDAD, LA ENVIDIA... EL DILEMA DE SER
Seguramente todos nos merecemos un trabajo mejor pagado, la novia más guapa y más alta, un reloj más exacto y más caro o unos pantalones con más purpurina y menos cintura. Todos nos merecemos un coche con el retrovisor tuneado de esperanza, unas sandalias con el tacón justo para besar a un Adonis cualquiera o ese collar que engarce el diamante de Liz Taylor sobre un oro fecundado de perfecta elegancia.
Merecer y tener... Desear y esperar... Disfrutar sobre el llanto o penar eternamente sobre la nostalgia de lo nunca conseguido... El deseo es una fuente inagotable que mana dilapidarios sinsabores -y la envidia siempre planeando caricias furtivas, como los cuervos, sobre los campos de trigo y esperanza-.
Antes de desear, quizás, hay que pensar y poner nombre a nuestros deseos y bolsillos, a nuestras necesidades y debilidades, a la sed de los demás, a los olvidos permanentes o las excusas recurrentes, a las neuras inventadas y las otras redimidas. Hay que mirarse el ombligo y las nalgas y ser o no ser, con la dramaturgia justa, en función de la calavera que nos tiemble entre las manos.
4 comentarios
Sacra -
Leti -
Sacra -
Gracias Yahuan por venir a esta tu casa.
Un saludo gigante.
Yahuan -