VELADA SOLIDARIA
Para Mercedes
De vez en cuando suceden estos vientos y una amanece con el flequillo levantado y el verso en la cintura. Es la revolución de la madreselva y la ascensión de las luciérnagas, es la íntima conjugación en el verbo preciso de la memoria que, escapándose de su propia clarividencia inventa túneles por donde escapar de este rutinario enunciado de sollozos interminables. Esta noche he visto como los cadalsos caían por su propio peso de culpabilidad reiterada... Lo triste es que no había casi nadie para enterrar los escombros y las hogueras, los huesos y la memoria, los bolsillos desbordados de añoranza congénita. Hoy te he visto agrandando el latido, inflando la sed que provoca la sangre que circula avenidas de esperanza y he vuelto a crecer, creyendo, a dejar la semilla, a soplar sobre la bombilla que ilumina las mentes encorsetadas de indiferencia. Quizás algún día, antes de morir de desesperanza o de que el hígado explosione, encontremos una llave, una respuesta, la fuente voluntaria o la raíz azul que hilvana nubes enamoradas de humanidad creciente. Mientras tanto, la utopía sigue planeando como un buitre que espera el eterno descanso de los sueños.
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