LA FE DISPERSA
A Joaquín Sánchez
No creas, aunque me veas así de insistente,
que yo conozco el secreto de los silencios,
es mera intuición enamorada o que me colocaron
un marcapasos infame en las vísceras del desaliento.
Lo sabes, hemos recorrido juntos caminos de empedradas auroras
como el que peregrina hacia el sepulcro sempiterno
de los inviolados atardeceres.
Llegamos a tiempo a la comunión de los besos
y sellamos, con pieles y azucenas,
el pacto de amor de unos arcanos fieles
que ansían paraísos entre manzanas fugaces.
No te creas nada de lo que susurra el viento,
mírame las manos con las retinas de aplaudir jilgueros
y dime si no llevan tu nombre
escrito en los cráteres primigenios de la luna,
que eso es lo único que nos salva
de tanto homicidio con la alevosía correcta,
eso y la sorpresa de vernos desnudos, de repente,
compartiendo la misma silla de idénticas confidencias.
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capitan garfio -