SER DIFERENTE
Mira Marichu, que verdad es esa que decían nuestros abuelos allá por las épocas donde sólo se hablaba para decir verdades. Recuerdo que a mí me decía, así como despacio, como sin querer que se enterara ni el aire: "Todos venimos con una misión y cuando la descubras ya no podrás librarte de ella". Pues va a ser que es así, al final una quiere ser de todo menos lo que realmente le importa. Pruebas a que te guste el muesli, Brad Pytt y el tenis. Lo intentas con la prensa rosa, con el pret a porter y las Spice Girls. Te esfuerzas por llevar leggins, un colgante en el móvil y saberte, de memoria, la alineación exacta del Real Madrid. Pero todo es inútil, tu diferencia te persigue, te acosan tus gustos y acabas rindiéndote, como en una orgía de bondadosa soledad, a los versos de Benedetti, a un buen vaso de tinto, a la guitarra de Silvio y al pijama de cuadros que afelpa tus mejores sueños. Afortunadamente todos somos diferentes, la vida nos confecciona con distintos patrones y la sociedad intenta uniformarnos mentalmente con un único criterio: el de la conveniencia. Pues sí, Marichu, ser diferente no está mal, al menos me da la oportunidad de quedarme a solas en mi rincón favorito, para alegrarme, sencillamente, de respirar.
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Clarisa -