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SUPERVIVENCIA EMOCIONAL

SINDICATO BERGERAC

MÁS LEJOS

MÁS LEJOS

Así, más dentro de la memoria,

como sacándole punta a aquel beso díscolo y atrevido,

como desnudando aquella lengua afilada de vértices infinitos,

como retomando la vuelta a casa, a casa del silencio,

al hogar del útero, fugaz como un lamento sin eco.

Así, perdiéndome en el tiempo

para retornar a los pozos de la historia

sobre el vacío de los muertos que me llaman

con los apellidos de la soledad y el olvido.

EL RESURGIR DE LA VENUS DE MILO

EL RESURGIR DE LA VENUS DE MILO

A la Venus de Milo le han crecido los brazos,

ya está bien de andar por los siglos, desmembrada y pétrea,

como una odalisca en el harén de la historia.

Por eso ahora, tras huir del cadalso marmóreo

donde la confinó cualquier ley de opacos corazones,

se pasea por la luz abrazándote en las noches de estrellada victoria.

Impúdicamente generosa,

lasciva, mítica, benevolente...

y el tiempo lejos, como sollozando una eternidad sin nombre.

A la Venus de Milo le han crecido los brazos

por eso ahora aplaude a la vida más allá de la memoria.

AMOR EN A

Hay días en los que estoy apática, anacrónica, asmática, anti-aromática, aspaventósica, acorazada, alevosamente afónica, azorada, alicaída en la angustia, amarga como una almendra acicutada, avejentada como un anciano astillado por la artrosis o como una ardilla sin árbol de avellanas.

Y de pronto llegas tú y

me vuelvo angelicalmente arrebatadora, acarameladamente azucarada, aniñada, ardorosa como un ascua atemporal, amorosamente amigable,  con el aliciente alerta y el abrazo abierto como una alberca de agua azul.

¡Ay...amor, cuántas alas me quedan aún para alcanzar la aurora del álgido ahora!

SÓLO TODO

SÓLO TODO

Sólo un leve aliento de vida y tú aquí, cerca-lejos,

odiado amante de los íntimos recuerdos de la distancia,

pérfido manantial de oxígenos inverosímiles

por donde se ensancha el sinuoso vaivén de la esperanza.

He acumulado letargos como siglos sin beso,

como velo nupcial arrancado por el olvido

que se inventa, sollozo adentro,

por la ignota vereda del rencor absoluto.

Sólo una sílaba donde descansar el acero de la lluvia

y tu voz lejos, como dentro de un cántaro quebrado,

y tus manos, mientras, acariciando la luz

de mis últimos segundos en el barbecho del paraíso.

EL DESEO AQUÍ

EL DESEO AQUÍ

Quiero que los años me sorprendan aquí,

abrazada a tu mástil,

debatiendo la duda y la marea,

por siempre abandonados y entregados;

que las velas del tiempo nos acojan

bajo su rito incansable de deseo.

TRÁNSITO NOCTURNO

TRÁNSITO NOCTURNO

Detrás de las ventanas no hay nadie. Las cortinas se mueven con el viento desolado de la indiferencia y hay una sed sepulcral que inunda los balcones embarazados de geranios y nidos de hipogrifo. La luz repta, amordazada, por las tuberías miméticas del llanto como queriendo retornar al temido océano donde navegan las libélulas azules del miedo. Es la hora del ocaso y en las esquinas, las mujeres distendidas se visten de penumbra con las lentejuelas del pecado. La luna nos observa desde los tejados con la sonrisa frutal de orquídea y concubina con la que enarbolan el deseo fugaz los amantes muertos. Más allá de las sinuosas curvaturas de los montes silentes existe un paraíso de livianas bondades. Más allá existe la vida, aquí sólo transita el oxígeno justo para agonizar una noche más.

LEJOS DEL PARAÍSO

LEJOS DEL PARAÍSO

No puedo redimirme ahora,

me gusta demasiado saltarme las barreras del llanto,

desmembrarme sobre las sábanas entre labios de espuma,

cambiarme de apellido cuando la memoria flaquea

más allá de la propia voluptuosidad de la esperanza.

No puedo desandar los pecados,

retomar las avenidas de los simétricos clavos

o enllagarme, repetidamente, la mirada que busca

el ímpetu primero de la carne plomiza.

No puedo restaurarme la cintura, ni la lengua, ni el himen,

me gusta demasiado la vida

con sus increíbles vértigos de eternidad renaciente.

(No buscarme en el albor de los paraísos,

el Edén no ha entrado nunca en la ruta de mis trópicos)

RENACIENDO

RENACIENDO

Y al final el nudo de la garganta se deshace, la saliva transita caóticamente perfecta por un entramado de músculos y palabras a medias, por un universo de pensamientos que inventan las sutiles verdades de un día diferente. Es el amor a la vida que nos expande y vapulea frente al sollozo fugaz de un infierno desmedido, es esta eternidad frágil que nos encuentra dispuestos y desnudos en la cornisa de la esperanza como gaviotas perdidas en una ciudad sin puerto y sin horizonte. Por fin el oxígeno vuelve a llenar los pulmones, espasmódicamente precioso, por fin puedo arquear los labios mientras me busco estrellas en los bolsillos traseros de la memoria.

LOS ESPEJOS ROTOS

LOS ESPEJOS ROTOS

Frente a la soledad de los espejos rotos,

sollozando esquinas infinitas de reflejos imaginarios,

dejando que el invierno instale sus caóticas aristas

entre los brazos recién renacidos a la vida.

Tejiendo andamiajes de saliva repentina,

trenzando sanguíneos canastos donde desnudarse del tiempo,

abriendo el surco que ilumina, con faroles de futuro,

el cárnico enigma que alienta el deseo comestible de los besos.

Frente a la soledad de los espejos rotos

solloza el alma de un aliento nuevo encumbrado al olvido de los pozos.

VIVIR SIN AVISAR

VIVIR SIN AVISAR

Un día de estos me voy a poner a vivir sin avisar.

Cuando llegue al cuarto creciente de la memoria,

a la curvatura exacta de la cintura ausente,

a la desinhibida flagelación de la esperanza.

Ya os advierto,

un día cualquiera me voy a poner vivir sin avisar.

SÓLO TÚ

SÓLO TÚ

Cuando llegue a la gloria de los pozos me acordaré de ti,

recuerda llevar ese gladiolo sobre el pelo,

la mejilla encendida entre los labios imberbes

y ese deseo que anuncia

la verdad contaminante de luz infinita...

Sólo tú tendrás lugar en mi memoria

aunque ya no recuerde ni tu nombre ni el rumor de tus pasos.

Dibujo:  CECILIA SOSIO

http://www.artelista.com/obra/3915350955352501-proteccion.html

CIUDAD SIN LUZ

CIUDAD SIN LUZ

Hay días que te asomas a la ventana y la calle de siempre se ha vuelto un lejano desierto de latidos incontables, un páramo desolado de extranjeros vecindarios, de fronteras infinitas como los ayes de un moribundo. Y es el mismo balcón con geranios disecados, los mismos ojos oteando las vergüenzas ajenas, la misma curiosidad llenando el ladrillo que impregna de moho el nombre impertérrito de las calles. Algunos transeúntes me miran con disimulo desde su ignorancia elemental sobre el sabor de mi tristeza, otros me saludan con las pestañas abiertas al infinito del infortunio y los que más, ni siquiera me reconocen en el paisaje multicelular del asfalto y el semáforo en rojo. Ya no reconozco el paisaje que me habita, hoy sólo soy una gárgola prendida en la vital esencia de las ciudades sin luz.

LAS PALABRAS

LAS PALABRAS

A menudo no sabemos que hacer con las palabras por eso escribimos versos, le declaramos nuestro amor a los desconocidos o bordamos iniciales azules en las toallas rescatadas del algodón y la madrugada. Las santas palabras, las impúdicas palabras, las dueñas de la miel y del veneno cautivando el paraíso de los inocentes, escrutando la memoria de los infelices, buscando piedades indecisas en el abanico frutal de la ignominia.

A menudo no sabemos que hacer con las palabras por eso olvidamos la ortografía para dedicarnos a escribir verdades a medias en las tapias de los colegios donde orinan los mendigos y los directores de banco corruptos. Por las que se descuelga el llanto como una catarata de lava indecisa. Las mismas que, después de declarar el amor firman sentencias de muerte con la baba repentina de los asesinos oficiales.

A menudo no sabemos que hacer con las palabras ni con la vida tampoco.

NO LO DIGO PERO... TE AMO

NO LO DIGO PERO... TE AMO

Aunque no lo diga, te amo. Te amo sobre el silencio de las facturas sangrantes, sobre las hipotecas ordenadas y delirantes, sobre el IRPF y el IPC embrutecido, sobre la cuchara con las lentejas y el pan mullido de ali-oli y besos. Te amo a través de los impuestos municipales, más allá de las señales que indican la preferencia en las aceras, desde el fondo de los frondosos maceteros o en los contenedores amarillos con un sabor de cítrico cristal enamorado. Te amo porque nadie como tú pronuncia mi nombre desde los suburbios de la añoranza, más allá de los remites desolados entre apellidos miméticos y con sabor a lluvia de asfalto desmedido. Te amo porque sé que, sólo el amor verdadero lleva la esencia de los ojos bajo el incontenible abrigo de tus párpados. Más allá del latido caprichoso de un órgano debastado por el colesterol y la arrogancia, te amo en la penumbra de mis venas que siguen supurando rosales y gladiolos, espinas y pétalos, ambrosía y cicuta a partes iguales. Te amo porque, en mi egoísmo centenario, la vida sólo es vida cuando me abandono entre tus brazos.

LA POESÍA...SIEMPRE... ETERNAMENTE...

LA POESÍA...SIEMPRE... ETERNAMENTE...

Servida junto a los postres. Profanada en las puertas de los baños públicos. Engalanada en los altares o escrutada desde los púlpitos. Emergiendo desde las alcantarillas, hurgando en los pozos, deseando la sed, la sábana, el deseo enredado con sabor a sudor y sal, a semen perfecto entre orgasmos de agónica mermelada... Virgen plebeya, puta aristocrática, cometa errante dibujando órbitas en el último vaso de cerveza aguada, en la agónica bocanada de una colilla de infinitas volutas enamoradas. Estática y prudente, lascivamente satánica, la luz que anuncia un ocaso de verdades infinitas como el olvido... Maldita y magnánima... siempre mía... mi sombra... mi destino por el que muero, por el que renazco...

LOCURAS DE MARZO

LOCURAS DE MARZO

Llegar y desvestir el silencio y volverlo imagen lúdica de sílaba espantada,

anacrónica y voluptuosa en su desnudez más caótica, en su espera libertina entre amapolas que invitan al carmín azulado de los muertos inútiles...

y así retomar la sed desde los pozos que envidian ocasos impredecibles, amaneceres imperdonables, abrazos infinitos como instantes olvidables.

Y retomar el mar, desde su cresta primigenia, para evocar el salitre de las audaces adormideras que se inventan lluvia en los encrespados silencios de los ahogados.

Nada hay más triste que abrir la ventana y ver como marzo despliega sus arrebatadores brazos de incienso desarmado mientras el horizonte sangra indiferencias vespertinas con sabor a vainilla descarada.

Es la violencia de estos días de primavera que no dejan de rozarme las pupilas entre heridas de hielo enamorado.

SENTIRSE A SALVO

SENTIRSE A SALVO

Es el placer de la luz.

Ese destello tenue de hojas ocres prendidas en la frontera del mundo,

esa diminuta ráfaga de sol amanecido al poniente de la desdicha,

ese clamor lumínico que siembra voluntades en la profundidad del tiempo.

Es el placer de sentirse a salvo,

rescatada del tedio, del triste deambular de los días vacíos.

SIEMPRE, NUNCA, QUIZÁS...

SIEMPRE, NUNCA, QUIZÁS...

Lo mejor es que hagamos el amor ahora.

Abre las persianas y cierra la vergüenza,

acabo de preparar un furtivo lecho de eternidades difusas

desde donde lanzarnos a la aventura de los besos desnudos...

Siempre hay alguien que nos mira,

como yo,

en pausas interminables de saliva repentina.

SEGUIR VIVA

SEGUIR VIVA

Yo quería desmayarme antes de llegar al mediodía,

dejarme desvanecer por una legión de mariposas,

inventarme un cicuta milagroso que me salvara del tedio

mientras lentamente moría en brazos del amante huido.

Hubiera preferido llamarme Margarita Gautier,

Julieta Capuleto o Corín Tellado,

para así tener un motivo más con el que buscar

la apasionada garra de la enconada muerte victoriosa.

Pero nací viva y sigo en ello, cada día,

esperando que La Parca no se acuerde de mi nombre,

ni siquiera reconozca mi aliento cuando llegue la hora.

UNA FUENTE PARA LA ETERNIDAD

UNA FUENTE PARA LA ETERNIDAD

Sólo espero que al final del camino me espere una fuente de la que saciarme de luz a pequeños sorbos.

Una fuente bajo la sombra de un chopo rebosante de primavera.

Una fuente de la que brote la gratitud de estar vivos a pesar de tanta huella baldía.